REVISTA RANCHO NO. 83
JUNIO DE 1997
Rosa María Escalante M.
LA SEQUIA Y EL NIÑO
Toda investigación debe llegar al productor en forma de opciones de mejoramiento para su productividad, por ello, el patronato del Centro de Investigaciones Pecuarias del Estado de Sonora, A.C., dedica gran parte de sus recursos en hacer llegar a los ganaderos del Estado aquella tecnología que puede hacer mas eficiente su explotación ganadera.
Sabemos que el sol, es el motor fundamental del clima en el desarrollo de la civilización.
Al hombre siempre le ha interesado el clima, adaptándose a él, aprovechando sus beneficios y protegiéndose de sus perjuicios. Inconscientemente y en forma paulatina, lo que conociendo y estimó cualitativamente las condiciones medias que prevalecen en diferentes lugares y épocas del año.
Con esta cultura climática, desarrolló la agricultura, la ganadería, su vivienda, las ciudades y maneras de vivir. Ya conociendo lo que pasaba, quería saber por qué pasa y más aún, qué pasará.
Para responder convincentemente a las preguntas anteriores se tiene que acudir a los trabajos actualizados en el campo y en el uso de los modelos fisicomatemáticos del clima y sus variaciones normales, bruscas y los fenómenos que propician tales variaciones.
El estado de Sonora, se encuentra bajo la influencia particular de la celda semipermanente de alta presión del Pacífico Nororiental y de la corriente oceánica fría de California. Esto permite mantener bajas temperaturas superficiales relativas del mar en una gran parte del año, lo que ocasiona la falta de humedad en la Baja Atmósfera, lo que a su vez determina el carácter árido de esta región.
La sequía se puede presentar aun en regiones normalmente secas. Sonora se considera una región semiárida, esto es, donde el ciclo de temperatura, humedad, lluvias y tormentas que constituyen el clima normal, es considerado como seco; sin embargo, cuando se presentan lluvias por debajo de lo considerado como normal, se dice que hay sequía. en estas condiciones, se pueden presentar lluvias esporádicas o estacionales pero la sequía, como anomalía en las medidas mencionadas, sigue presente.
La sequía actual y las sequías más importantes de este siglo, se han dado en las altas planicies en el medio Este y el Oeste de Estados Unidos y en el Norte y Noroeste de México, siendo afectadas 50 millones de hectáreas en el norte de México con la actual sequía.
Los efectos de la sequía presente dentro del sector ganadero, se traduce en las siguientes realidades: Mortandad de ganado, agostaderos agotados, desertificación y erosión, incendios forestales, represos y mantos acuíferos sin agua, y problemas que se suman a los ya existentes, como la escasez de recursos financieros y la descapitalización del sector.
La economía regional y nacional, requieren actualmente de planes de manejo más confiables y dinámicos de la climatología, que consideren las variaciones y períodos interanuales del clima propio de la región noroeste.
Los programas de investigación climática mundial, actualmente se plantean la necesidad de conocer cómo se manifiesta la variabilidad global del clima a escala regional, sobre todo en aquellas regiones de alta productividad, tales como las grandes planicies de los Estados Unidos, Europa Central, Noroeste de Brasil y el Noroeste de México.
Gracias a los avances tecnológicos en las comunicaciones que se han venido presentando de manera muy acelerada en los últimos años, hemos podido tener acceso oportuno a información climatológica de primera mano. Esto nos ha permitido profundizar e investigar en las causas que originan la sequía y otros fenómenos climáticos relevantes para la producción de alimentos y el bienestar de la humanidad, como el fenómeno conocido como “EL NIÑO”, el cual a la fecha se encuentra ampliamente documentado.
Es importante mencionar que los índices Oceanoatmosféricos que definen a EL NIÑO en el Pacífico Ecuatorial, tienen una correlación muy estrecha con los fenómenos climatológicos del suroeste de los Estados Unidos y del noroeste de México en los años en que este fenómeno se presenta.,
Este fenómeno que se presenta a intervalos de 2 a 7 años se caracteriza porque la superficie del mar y la atmósfera sobre él presentan una situación anormal, es decir, temperaturas superiores en 4O y hasta 8O centígrados, arriba de los 23O centígrados que es la temperatura media normal del agua superficial del Pacífico Ecuatorial, en los meses de verano.
“EL NIÑO” se inicia en el Océano Pacífico Tropical, cerca de Australia e Indonesia, donde la temperatura de las aguas superficiales se elevan unos cuantos grados por encima de lo normal. Se le conoce con el nombre de “EL NIÑO” por la aparición de estas corrientes oceánicas en las costas del Océano Pacífico de América del Sur, durante el verano del Hemisferio Sur e invierno en nuestro Hemisferio Norte.
Es a este fenómeno anormalmente caliente que se presenta en épocas navideñas al que los pescadores de la región han bautizado con el nombre de “EL NIÑO” en honor al niño Jesús de la religión católica, al que para fines científicos se le denomina con el mismo nombre.
Gradualmente, este máximo de temperatura del agua superficial del mar, como corriente ecuatorial cálida, se desplaza hacia el Este, y alrededor de 6 meses después alcanza la Costa de América del Sur, en el extremo este del Pacífico. Es decir, aunque normalmente la corriente ecuatorial circula de américa hacia Indonesia y Australia, hay épocas en que se altera la presión atmosférica y producen cambios en la dirección y velocidad del viendo y se desplazan las lluvias de la región tropical. Mientras esto sucede, en el océano en la atmósfera se produce una alteración del patrón de la presión atmosférica que baja en el lado este del Pacífico (junto al continente Americano) y sube en el oeste del pacífico (continente Asiático). Se producen alteraciones en los patrones normales de circulación en el océano y la atmósfera, y es donde aparece el fenómeno conocido con el nombre de “EL NIÑO”.
En el océano, la contracorriente ecuatorial que desplaza las aguas frías de la corriente del Perú hacia el oeste se debilita, favoreciendo el transporte de aguas cálidas hacia la costa de América del Sur, y estos cambios en la atmósfera alteran el clima global con lo que se afecta la agricultura, ya que en algunas partes se producen lluvias extraordinarias, o se favorece una mayor generación de huracanes.
En el caso específico de Sonora, las condiciones propicias de temperatura superficial del mar, que permiten que los huracanes afecten su territorio, por lo general se presentan del 15 de Septiembre al 15 de Octubre, y harán que en el Noroeste de México, al presentarse “EL NIÑO”, ocurran lluvias por arriba de lo normal y en ocasiones extraordinarias en la época invernal, dependiendo de la intensidad del fenómeno.
Para darnos una idea de la importancia que tienen las travesuras de este “NIÑO”, es suficiente decirles que produce la mayoría de las alteraciones climáticas a nivel mundial y su influencia se manifiesta especialmente en las variaciones de lluvia.
“EL NIÑO” de 1982 y 1983, provocó tremendas seguías en Africa del sur, Indonesia, filipinas y Australia, mientras Ecuador se ahogaba bajo un diluvio y la Península de Baja California era azotada por violentos huracanes. Más recientemente, en 1990, tuvimos un buen período de lluvias en todo el país, gracias a este “NIÑO”.
Sabemos que estos fenómenos como la sequía o abundancia de lluvias, tienen que ver con aquellas anomalías que se originan en latitudes medias y altas, como son las penetraciones de los frentes fríos en la época invernal y los calentamientos oceánicos conocidos como “Mid Latitud Warning”, relacionados por el fenómeno de “EL NIÑO”.
Apoyándonos en la información que estamos recibiendo actualmente, se prevén buenas temporadas de lluvias para fines de este año y para el próximo año, pero esto dependerá de que la acción de “EL NIÑO” o calentamiento del Pacífico Ecuatorial, alcancen las latitudes de nuestra área de influencia para obtener el beneficio de las lluvias necesarias para superar esta sequía.
Países de Centroamérica, Suramérica, Oriente y los Estados Unidos ya se están organizando para hacer frente a las manifestaciones de desastres provocados cada vez que aparece este fenómeno.
Las lluvias de verano se pronosticó que se presentarían por debajo de la media normal. La humedad, ciclones, tormentas y lluvia como resultado del fenómeno “EL NIÑO”, los esperamos de Octubre en adelante de este año.
Sabemos que la producción ganadera en el estado de Sonora es reconocida nacional e Internacionalmente, aportando sólo nuestro estado el 11% de la producción nacional de ganado bovino.
Amigo ganadero, sigamos así, ninguna sequía puede detener nuestra actividad.
�Buena suerte con la buena época de lluvias!