RANCHO NO. 20

ENERO-FEBRERO DE 1985

AUTORES: MVZ Carlos Cajal M

MVZ M.S. Rogelio Gómez A.

MVZ. Heberto Cánez C.

La vitamina “A” es un nutriente esencial para todos los animales y su deficiencia, aunque sea pequeña, puede disminuir la producción de becerros y ocasionar la pérdida de peso en animales de distintas edades.

Aunque la vitamina “A” se requiere en pequeñas cantidades, el ganado encuentra dificultad para obtenerla especialmente en la época de secas.

El ganado pastoreando obtiene esta vitamina de las plantas, en forma de pigmentos naturales llamados “CAROTENOS”, que son precursores de la vitamina “A”. Estos pigmentos también se conocer como “PROVITAMINA A” y son más abundantes en los forrajes verdes. Debido a ésto, en la época de lluvias el animal consume más vitamina. Conforme las plantas maduran y se van secando, el contenido de “Provitamina A” disminuye. De igual forma cuando un forraje como la alfalfa se deseca al sol, el contenido de “Provitamina A” disminuye considerablemente.

El contenido de vitamina “A” en los arbustos es considerablemente mayor que en los zacates, por lo que animales pastoreando en agostaderos donde existan arbustos forrajeros, pueden presentar menos problemas de deficiencia de Vitamina “A” que los animales pastoreando en agostaderos en los que no existan arbustos forrajeros.

Cuando el animal consume los pigmentos “CAROTENOS”, los asimila y convierte a vitamina “A”, para después depositarlos en el hígado. Las reservas de vitamina en el hígado llegan a ser suficientes para cuatro meses, dependiendo de la calidad del forraje consumido durante la época verde. Sin embargo, si el consumo de forraje verde ha sido bajo, los depósitos de vitamina “A” pueden agotarse muy pronto y en plena época de secas. Por lo que los animales requieren de la aplicación de esta vitamina para pasar la época de secas y volver a abastecerse de forraje verde durante el verano.

Sí, ya que se ha comprobado que de esta manera el ganado es más sano, fértil y desteta más becerros. Esta práctica es especialmente importante en años con pocas lluvias o cuando el ganado ha tenido poco acceso a forraje verde.

Esta vitamina es necesaria para el buen funcionamiento de todas las “MUCOSAS” de los animales. Estas mucosas son las paredes que recubren todos los órganos internos tanto reproductivos, digestivos y respiratorios del animal, tales como la panza, los intestinos, los pulmones, la vagina y la matriz y para el normal funcionamiento de la vista. Además la vitamina “A” sirve para ayudar al rápido crecimiento de las placentas y de los becerros durante la gestación.

Cuando las reservas de vitamina “A” del hígado se agotan, los signos en los animales pueden ser poco notorios al principio, observándose una baja en el consumo del alimento, lo que puede atribuirse a muchas otras causas, pero indudablemente se reflejará en menores ganancias de peso y aún en pérdida de peso. Más adelante se presenta la “CEGUERA NOCTURNA”, la que se hace evidente al observar que los animales tropiezan con obstáculos y chocan con los cercos al ser movidos con poca luz. Otros signos son: exceso de lagrimeo, formación de lagaña, diarrea, descarga excesiva nasal (moqueo) y respiración acelerada.

Sin embargo, el signo más grave y de mayores consecuencias económicas es la presentación de abortos y el nacimiento de crías muy débiles o muertas. En general la fertilidad se ve muy afectada sobre todo cuando la deficiencia se presenta tanto en los toros como en las vacas.

Un aporte adecuado de vitamina “A” a las vacas es especialmente importante, ya que dependiendo de las reservas que tenga la madre será mayor o menor la cantidad que le de a la cría antes de nacer; además la madre proporciona a su becerro grandes cantidades de vitamina “A” en el calostro y posteriormente en la leche, es así como por este medio el animal recibe inmunidad contra enfermedades.

Es importante hacer notar que una deficiencia de fósforo puede entorpecer la transformación de caroteno a vitamina “A”, por lo que en zonas deficientes de fósforo la falta de vitamina “A” puede ser más común (ver boletín Rancho No. 2 sobre suplementación de sales minerales).

Existen al menor dos alternativas, teniendo ambas ciertas ventajas y desventajas. La primera es proporcional la vitamina “A” en la sal mineralizada, a razón de 10 kg de vitamina “A” (con 20,000 Unidades Internacionales por gramo) por tonelada de sal mineralizada (ver boletín Rancho No. 2 sobre sal mineralizada). Esta práctica es posible ya que los fabricantes de este producto le añaden estabilizadores que reducen la velocidad con que la vitamina “A” pierde su potencia. Sin embargo se debe tener la precaución de que tanto la vitamina como la sal ya preparada se almacenen en un lugar fresco, seco y protegido de la luz directa del sol. Si además se colocan los saladeros en lugares sombreados y se proporciona únicamente la cantidad de sal necesaria para una semana, se disminuyen los problemas de pérdida de potencia de la vitamina “A”. La cantidad de vitamina “A” se puede aumentar hasta 30 kg por tonelada de sal, para proporcionarla a vacas en el último tercio de la gestación o en la lactación durante la época de secas.

La otra alternativa es la inyección intramuscular de una solución oleosa de vitamina “A”, que generalmente se acompaña de la vitamina “D” y “E”. La inyección de un millón de Unidades Internacionales asegurará una reserva adecuada por 2 a 4 meses, dependiendo del tamaño del animal. Los productos comerciales generalmente contienen 500,000 U.I. por mililitro.

Basado en lo expuesto anteriormente se recomienda inyectar de un producto con 500,000 U.I. por ml, lo siguiente:

Becerros y vaquillas al destete 2 ml.

Vacas adultas Cargadas y/o Paridas 4 ml.

Toros 6 ml.

Se debe cuidar que las agujas utilizadas sean las adecuadas (se recomienda del no. 16 y una pulgada de largo), que sean manejadas higiénicamente y se desinfecten con una solución de Benzal al utilizarse de un animal a otro, ya que podrían transmitirse algunas enfermedades o producirse abscesos. Para mayor seguridad se recomienda que se asista de un extensionista, sobre todo si es la primera vez que lo hace.

El mejor lugar es en el cuarto trasero aunque también se puede aplicar en la tabla del pescuezo.

La mejor época para la aplicación de vitamina “A” inyectada es antes de la época seca en febrero, para lo cual se pueden aprovechar las “corridas”. Sin embargo en años malos la vitamina “A” se puede aplicar en períodos de 4 meses a través de la época seca. La suplementación de vitamina “A” en la sal se puede iniciar en marzo, cuando la presentación de equipatas ha cesado y mantenerse hasta iniciadas las lluvias de julio o en su defecto prolongar la suplementación hasta que las lluvias aparezcan.

Si va a suplementar vitamina “A” (20,000 U.I./g) poner 10 kg por tonelada de sal para ganado en general excluyendo vacas cargadas o paridas.

Preparar poca sal y almacenar la vitamina y la sal en un lugar fresco, seco y obscuro.

Ofrecer sal con vitamina “A” en la época seca y poner únicamente sal para una semana en un lugar sombreado.

Si va a inyectar vitamina “A” con un producto con 500,000 U.I. por mililitro, aplicar las siguientes dosis:

2 ml para becerros y vaquillas

4 ml para vacas cargadas o paridas

6 ml para toros.

Aplicar la inyección antes de la época de secas (febrero-marzo).