REVISTA RANCHO
OCTUBRE DE 1997.
COMO MINIMIZAR EL ESTRES CALORICO DEL VERANO EN VACAS LECHERAS
Ing. Baltazar Rodríguez Jáuregui.
Toda investigación debe llegar al productor en forma de opciones de mejoramiento
para su productividad, por ello, el Patronato del Centro de Investigaciones Pecua-
rias del Estado de Sonora, A.C., dedica gran parte de sus recursos en hacer llegar
a los ganaderos del Estado aquella tecnología que puede hacer más eficiente su
explotación ganadera.
El ganado lechero es muy susceptible al estrés calórico.
La vaca lechera produce calor siendo esta una ventaja en tiempo de frío y en climas fríos, pero en épocas de calor, con elevadas temperaturas, la habilidad de la vaca para disipar el calor es mínima.
El medio ideal para la vaca lechera es de -1 a 15oC, pero se pueden mantener sin un impacto importante en la producción hasta los 27oC. En Sonora tenemos lugares donde las temperaturas exceden los 45oC y, aunado a esto, en ocasiones la humedad relativa es mayor al 60-70%.
Para el caso que nos ocupa cuando la temperatura rebasa los 30oC, comienzan a sentirse los efectos del estrés calórico. Con una humedad relativa de un 80% y una temperatura arriba de los 23oC, las vacas lactantes empiezan a sufrir el estrés; con humedad relativa baja, las vacas estarán más confortables, siempre que se trate de temperatura inferiores a los 30oC.
El efecto del estrés calórico en la vaca lechera recae principalmente en 2 puntos muy importantes para un establo:
– Producción de leche
– Reproducción
La vaca en un ambiente de confort disminuye su producción gradualmente de 8 a 10% mensual, después de haber alcanzado el pico más alto en su lactancia, que es entre los 45 y 110 días después del parto.
La producción de leche disminuye considerablemente con temperaturas ambiente arriba de los 30oC. La pérdida o reducción en la producción va del 15 al 35% menos de leche.
En lo reproductivo, las temperaturas altas del ambiente reducen la presentación de calores, y cuando presentan calores, éstos son menos intensos y de duración más corta. Si la vaca queda preñada, la posibilidad de mortalidad embriónica es alta, todo esto junto, lleva a una disminución en la fertilidad de la vaca.
COMO PREPARARNOS Y ENFRENTAR EL ESTRES CALORICO DEL VERANO.
Puede haber muchas formas y maneras de reducir el estrés calórico en la medida que seamos creativos e innovadores, algunas de éstas pueden ser:
– Sombra
– Abanicos
– Alimentación adecuada
– Control de moscas
– Selección del ganado.
Sombra en Corrales:
Lo más fácil y obvio para ayudar a las vacas a reducir el estrés calórico es evitar la exposición directa de a los rayos del sol. Las sombras reducen la temperatura corporal y tasa respiratoria (jadeo) en la vaca, e incrementan el consumo de materia seca y la producción de leche.
Para construir cualquier tipo de sombra tome en cuenta el material, medida, altura, orientación, base de la construcción y permanencia de la misma.
Si su sombra va a ser de lámina, se recomienda pintar de color blanco la cara al sol con el fin de que haya un mejor reflejo de los rayos solares.
En establos, las sombras deben ser altas, de tal manera que haya un espacio entre la vaca y el techo de 4 a 6 metros. Si el largo de la sombra es de 10 metros o menos, puede ser de una sola agua, pero si es mayor de 12 metros tendrá que ser de 2 aguas con abertura central o caballete.
Al construir una sombra debemos pensar en la dirección que sigue el sol. en un medio con humedad, la orientación Norte-Sur permite asolear el área debajo de la sombra, manteniéndola seca; en un medio sin humedad, la orientación Este-Oeste ofrece una sombra mas fresca.
El uso de las sombras en los comederos es algo que da muy buenos resultados, pueden ser de cualquier tipo de material, cuidando que la sombra siempre proteja el cuerpo, la cabeza de la vaca y el alimento en comedero.
Con sólo proveerles de sombra lograremos una reducción en la temperatura ambiental de 4 a 6oC, dependiendo del tipo, altura y ancho de la sombra. En promedio, el beneficio en producción es de 1.4 kilogramos de leche por vaca por día.
Foguers y aspersores
El enfriamiento de vacas por medio de brisa fina de agua logra reducir la temperatura ambiental desde 41oC hasta 15.5oC a la salida los fóguers, ya sea en echaderos o en comederos. Aún fuera de la sombra, a 3 ó 4 metros de los fóguers, con corriente de aire, se logra una disminución de hasta 3.4 y 6.7oC.
Es importante cuidar en echaderos que la salida del fóguers sea una brisa muy fina, en forma de nube, en particular si el piso es de tierra, para evitar problemas de lodo y, por ende, de salud.
El refrescar a las vacas mojándolas con aspersores en la sala de espera (ordeña) tiene un impacto muy fuerte en la vaca; al estar en un ambiente fresco y confortable, el animal se tranquiliza y se estimula la bajada de leche, obteniendo un mejor ordeño que si estuviera estresada.
Otra práctica es mojar la vaca a la salida de la sala de ordeña (en los callejones) esto la relajará y hará que se sienta fresca, saliendo directo al comedero. Esto se logra poniendo 2 ó 3 regaderas de gota gruesa a lo largo de los pasillos de salida de la sala de ordeño.
Abanicos:
Si además de proveerles una buena sombra y fóguers para refrescarlas les provocamos movimiento de aire con abanicos, las vacas se sentirán más cómodas (frescas) que si sólo tuvieran sombra y fóguers. Esta es una gran herramienta que disminuye en gran medida el efecto negativo del estrés calórico en la productividad del ganado.
En salas de espera, donde se moja al ganado con rociadores, es imprescindible la colocación de abanicos para disipar la humedad, de lo contrario el efecto sería contraproducente al crearse un ambiente caluroso saturado de humedad. La combinación de aspersores y abanicos en la sala de ordeña resulta en un beneficio de uno a dos y medio kilogramos de leche extra por vaca.
Un abanico de 90 cm de alta velocidad por cada 10 ó 15 vacas colocado a 30 grados de inclinación es suficiente para proveer de bienestar al ganado.
Los fóguers y abanicos funcionan bien en días con baja humedad; en los días con elevada humedad pueden prenderse los abanicos sin fóguers, pudiéndose utilizar los fóguers en las horas más calientes del día, que es cuando existe menos humedad ambiental. Se recomienda el uso de termómetros e hidrómetros para manejar adecuadamente el clima en favor de las vacas.
Alimentación adecuada:
El manejo nutricional es uno de los aspectos más importantes a considerar en animales bajo estrés calórico. La vaca estresada manifiesta incapacidad para mantener sus funciones vitales en orden, sube su temperatura corporal, aumenta las respiraciones y el balance de sus hormonas se pierde. En estas condiciones, la vaca requiere de cantidades de nutrientes adaptadas a esos desbalances. Por otro lado, la vaca también reduce su consumo de alimento, prefiere consumir menos forraje y los horarios de alimentación se alteran.
En primer término, debemos adecuar el horario de alimentación, procurando servir con más frecuencia y evitando las horas más cálidas, donde de todos modos el ganado no consume alimento. Se ha observado que de las 10 A.M., a las 5 P.M!, las vacas no se acercan al comedero; sin embargo, si se provee de sombra, brisa y abanicos, los animales consumen alimento durante el día. Se recomienda evitar o reducir el uso de ensilajes y otros alimentos húmedos, pues se deterioran rápidamente con el calor y el olor evita que el ganado consuma.
La formulación del alimento deberá ajustarse a las necesidades del animal. Es necesario aumentar las concentraciones de fósforo, potasio y calcio, el magnesio debe cuidarse en relación al potasio, y se deberá procurar reducir el cloro. Bajo estrés calórico, es también importante proveer el bicarbonato, pues junto con los minerales ayuda a mantener el equilibrio perdido en la sangre debido a mucha sudoración y salivación excesiva.
En estrés calórico, es importante que la proteína de las raciones no sea excedida y que sea de alta calidad. Fórmulas con 16% de proteína (45-50 % degradable) promueven mayor producción de leche y mayor eficiencia nutricional. Adicionar grasa a la dieta tiene un beneficio por aumentar la concentración de energía cuando la vaca tiende a un menor consumo de alimento. Fuentes protéicas de alta calidad son las harinas de origen animal, gluten de maíz y oleaginosas protegidas. El beneficio de la grasa es similar al observado sin tener estrés calórico. Uno a dos kilogramos de semilla de algodón por vaca diario tiene excelentes resultados, pues nos permite reducir concentrados sin afectar la producción. Otras fuentes de grasa son semillas de oleaginosas, aceites y cebo de res. Se usan también grasas protegidas para aumentar el total de grasa en la dieta en cantidades de 300 a 500 gramos por vaca por día.
La reducción en el consumo de alimento se debe a la tendencia del animal por consumir menos forraje. La digestión del forraje genera calor y exacerba el estrés calórico; sin embargo, el consumo de menos forraje propicia problemas de indigestión. Se recomienda que los concentrados lleven subproductos, como cascarilla de soya, pulpa de cítricos y melaza, para reducir los granos en la fórmula, evitando así el riesgo de acidosis digestiva que, al presentarse empeora los problemas de estrés calórico.
Ajustes en la concentración y fuentes de energía de los concentrados que se ofrecen al ganado en pastoreo son indispensables, ya que el ganado pastoreando en verano produce más calor y tiene mayores necesidades de mantenimiento.
Otra herramienta en el manejo alimenticio es usar aditivos. El bicarbonato, como ya se mencionó, ayuda a evitar desbalances en la sangre, así como acidez digestiva; el incluir 1% en la dieta alivia la carga acídica en la vaca. Aditivos microbianos a base de Asperjillus oryzae y Sachasomises cereviseal han mostrado importantes beneficios al ofrecerlos al ganado en estrés calórico. Se ha observado que la digestión está más controlada, la carga acídica disminuye y los consumos de alimento son menos erráticos, aumentando la producción de leche y favoreciendo la grasa y proteína en la leche. En algunas pruebas se ha observado también que disminuye la temperatura corporal de la vaca, proporcionando alivio al estrés calórico.
Control de moscas:
Cuando no se tiene un manejo adecuado para el control de moscas y a este problema se suma el calor de verano, la vaca sufre un estrés muy fuerte, pues aparte de quitar energía para poder disipar un poco de calor, gasta otro tanto cabeceando y coleando para quitarse las moscas, esto es algo muy molesto para la vaca y hace que haya una reducción importante en la producción.
Una buena práctica es limpiar los corrales 2 ó 3 veces por mes, así como las partes bajas en los bebederos y limpiar las banquetas de las vacas en los comederos a diario esto le lleva a una persona de 1 a 2 horas por día, dependiendo del establo.
No permitir que se derrame agua en los bebederos, y en caso de existir fóguers en echaderos o sombras, vigilar que éstas funcionen adecuadamente. Con esto podemos conseguir una buena reducción en el número de moscas en la temporada, pero se puede también complementar con un programa integral de control en los primeros meses de calor.
Selección de ganado:
Una alternativa de largo plazo es la selección de vaquillas hijas de vacas que sufren menos el estrés calórico.
Otro factor que pudiera ser importante, es seleccionar toros con tendencia a tener hijas de color más blanco que negro, ya que el color negro absorbe más el calor al no reflejar los rayos solares, y esto provoca mayor estrés en la vaca.
En algunas partes se evalúan razas como la Pardo Suizo para seleccionarlas por adaptabilidad a climas cálidos. Las cruzas de ganado Holstein con Cebú no han resultado redituables en ganado productivo bajo sistemas intensivos de producción.
EN RESUMEN:
Modificar el medio ambiente y ajustar la alimentación de la vaca para reducir los efectos de estrés calórico son las alternativas inmediatas más efectivas que puede aplicar el productor de leche. En la gráfica observamos los cambios que se han realizado en el establo “El Perú”, de Patrocipes, de 1994 a 1997, notándose un impacto significativo por la colocación de sombras en el comedero y la adición de levadura en la ración.
La aplicación de las recomendaciones aquí expuestas no son excluyentes, al contrario, el manejo nutricional sólo se manifiesta si se adecua el medio ambiente, así como el beneficio de la brisa y las sombras será menor si no se ajusta la alimentación.
Cuide que la sala de espera sea un sitio confortable, donde la vaca reciba alivio al calor del verano. Procure que los corrales o callejones de descanso tengan sombras y, si es posible, cuenten con brisa y abanicos. Proporcione abundante agua fresca y limpia, maneje la alimentación a las horas menos calurosas y ajuste su formulación para evitar exceso de proteína. Evite la acidosis digestiva y compense las necesidades de minerales y energía. Aplique todas las herramientas para evitar el estrés calórico, su vaca se lo pagará.