RANCHO NO. 15

MARZO-ABRIL DE 1984

AUTORES: Ing. Ruben Cabanillas C.

Ing. Francisco J. Peñuñuri M.

Para obtener buenos rendimientos y calidad del forraje destinado para ensilaje, se deben tomar muy en cuenta los siguientes factores:

a) Especie forrajera o variedad recomendada

b) Preparación de la cama de siembra

c) Fecha de siembra

d) Densidad de siembra (Kg. de semilla /Ha)

e) Programa de riego y fertilización adecuado

f) Control de plagas y hierbas

g) Cosechar el forraje en el estado lechoso masoso del grano.

Prácticamente cualquier planta forrajera se puede ensilar, sin embargo en nuestro medio existen especies que producen mejor que otras en las diferentes épocas del año. Por ejemplo en el verano los mayores rendimientos se logran con los maíces y sorgos forrajeros que prácticamente son las más utilizadas en la elaboración de ensilaje. En el invierno las especies que mayores rendimientos proporcionan son la cebada y avena forrajeras.

La planta forrajera destinada para ensilaje deberá proporcionar las siguientes características:

Alto rendimiento forrajero, alto valor nutritivo, buena gustocidad, precosidad al corte, resistente a enfermedades y plagas, resistencia a factores ambientales adversos como: Temperatura, vientos, suelos, sequías, etc.

El clima ejerce una marcada influencia en el desarrollo de las plantas, impidiendo o favoreciendo el crecimiento de determinadas especies según sea su resistencia a ciertos factores como: Temperatura, luz, humedad, etc. El sorgo forrajero soporta perfectamente las altas temperaturas que se presentan durante el verano en nuestra región; un drenaje adecuado, buena preparación del terreno así como fertilizaciones y riegos oportunos, son factores indispensables para el desarrollo de la planta.

El objetivo principal de la preparación de la tierra agrícola, es el mejorar la condición física del suelo para formarle un ambiente propicio a la planta, es decir, formar en el suelo una buena estructura para que haya proporción adecuada de agua y aire disponible. Estos dos elementos son esenciales para el desarrollo de los cultivos, la preparación de la cama de siembra consiste en subsoleo, barbecho y rastreo. El subsoleo se realiza cuando el subsuelo (capa de suelo localizada debajo de la capa arable) no es permeable es decir que se dificulta la penetración de la raíz y del agua. El barbecho tiene la finalidad de aflojar y voltear la tierra para que tenga suficiente aire y suficiente capacidad de almacenamiento de agua. El rastreo se hace con el objetivo de crear una capa superficial fina, que facilite la germinación de la semilla. Para sorgos se recomienda mover la tierra a profundidades de 15 a 20 cm.

Son varios los aspectos que debemos tomar en cuenta por ejemplo:

Fecha de siembra, calidad de la semilla, métodos de siembra, riegos y fertilización, control de hierbas y plagas.

La fecha de siembra esta sujeta de acuerdo a la región donde se trabaje y estará muy relacionada con el clima, temperatura, luz y humedad. Sin embargo en zonas temporaleras la fecha esta sujeta a las lluvias que se presenten (en nuestro Estado Julio y Agosto principalmente). En cambio bajo riego la siembra se realiza tratando de evitar que el cultivo no se vea afectado por condiciones desfavorables como heladas, vientos, plagas, enfermedades etc. (marzo y abril) además, es muy aconsejable utilizar semillas certificadas para tener una mejor uniformidad en el tamaño de la planta, forma, pureza y sanidad de la misma.

Es indudable que ésta se realizará de acuerdo a la maquinaria e infraestructura que se cuenta. comúnmente los sistemas de siembra utilizados son: Al voleo y en surco; sobre suelo seco o en húmedo.

La siembra al voleo presenta la desventaja de no permitir la utilización de equipo mecánico para la realización de labores de cultivo, además la semilla se siembra a profundidades irregulares. En cambio la siembra en surcos permite utilizar equipo para labores culturales y esto influye en la obtención de mejores rendimientos y calidad del cultivo.

Por otro lado, favorece la eliminación de malas hierbas. En surcos se recomienda separaciones de 0.75 m. entre surco.

La densidad de siembra oscila entre 14 y 18 kg. de semilla/ha. La profundidad de siembra es de 6 a 8 cm. en húmedo y 3 cm. bajo tierra en seco.

La fertilización es un punto importante que influirá en la formación de plantas altas y con buen potencial de producción forrajera. Dentro de los nutrientes esenciales que necesitan los forrajes están el Nitrógeno y el fósforo. Para el primero existen varias fuentes de fertilizantes como la Urea, Amoníaco o Anhidro, sulfato de amonio y Nitrato de amonio. sin embargo el agricultor ganadero utilizará el más accesible de acuerdo a sus necesidades. En forma general, y dependiendo del tipo de suelo así como el criterio personal, se puede auxiliar a la pradera con 120 a 150 kg de Nitrógeno/ha., equivalentes de 260 a 326 kg de urea/ha y con fósforo de 60-80 kg de P2O/ha (pentóxido de fósforo) que es igual a 130-173 kg de superfosfato triple por ha. Este último tiene que efectuarse en presiembra e incorporarlo al suelo, con el paso de una rastra.

El tipo de suelo así como la cantidad de agua precipitada (lluvias) determinan el número de riegos. En el CIPES, se han aplicado hasta 8 riegos (dos de presiembra y seis de auxilio) con láminas de 15 cm de espesor aproximadamente. En las fases de inicio y término de floración y estado lechoso-masoso del grano se debe tener especial cuidado con la aplicación del riego, ya que son fases en las cuales la planta tiene mayor necesidad de agua.

Las hierbas e insectos dañinos disminuyen considerablemente los rendimientos y calidad de los cultivos. Las hierbas le quitan nutrientes del suelo a la planta mientras que los insectos destruyen sus órganos ocasionando que la planta no pueda aprovechar mejor los nutrientes necesarios para su crecimiento. Para evitar reducciones en el rendimiento, el cultivo deberá mantenerse libre de malezas durante los primeros 40 días después de nacido.

La eliminación de hierbas indeseables se lleva a cabo por métodos mecánicos y químicos. El mecánico para siembras en seco se recomienda dar un cultivo y un deshierbe después de la nacencia y repetir esta operación después del primer riego de auxilio. En siembras en húmedo o tierra venida, es necesario dar un cultivo y un deshierbe y repetir esta operación después del primer riego de auxilio.

El control químico consiste en usar herbicidas en aplicaciones con más de 10 días de nacido o que la hierba tenga una altura inferior a los 8 cm.

Dentro de los herbicidas pueden usarse el 2, 4-D amina-4 en dosis de 1 a 1.5 lt ha. en sorgos con 15-20 días de nacidos y con malezas de 8 a 15 cm de altura respectivamente.

En lo que respecta a plagas, existen gusanos trozador, cogollero, saltarín y barrenadores así como gusano peludo, elotero, mosquita de la panoja y falsa chinche bug. Sin embargo se ha observado que el que causa más daño es el gusano cogollero; para este caso se recomienda aplicar sevin granulado 10 kg/ha en plantas hasta de 80 cm de altura, cuando haya un 30-40% de plantas dañadas recientemente.

Además existen un gran número de insecticidas que pueden ser utilizados y son distribuidos en las diferentes casas comerciales, con buenos resultados.

La cosecha de los cultivos forrajeros se realiza al tener la planta cierto grado de madurez, siempre buscando el momento adecuado para obtener la mayor producción y calidad del forraje. En siembras de primavera, efectuar el primer corte cuando el grano este en estado masoso. El segundo corte se efectúa al mismo estado fisiológico recomendado anteriormente. Los métodos pueden ser manuales con machete, hoz o guadaña y mecánicos con cortadora y picadora.

Otro factor importante para la buena calidad y producción del ensilaje es el almacenamiento del forraje. Para que este resulte apropiado se deberá tener especial cuidado en las dimensiones del silo, transporte del material forrajero, apisonamiento y drenaje en el silo.

En el próximo boletín RANCHO detallaremos lo referente al proceso del ensilaje así como las dimensiones del silo.